sábado, 28 de junio de 2008

Crucemos los dedos

Cuando se formula un deseo, se dice una mentira o se encuentra uno ante un peligro, es costumbre cruzar los dedos, concretamente el mayor sobre el índice. El gesto, que evoca una cruz, conjura la mala suerte y aleja las influencias maléficas, según los supersticiosos.
Desde los primeros tiempos del cristianismo se creía que, replegando el pulgar bajo los otros dedos, se alejaba a los fantasmas y malos espíritus, o bien haciendo esa operación con las dos manos y dejando que el pulgar asome entre el índice, dedo consagrado a Júpiter, y el mayor, dedo del pecado dedicado a Saturno. No obstante, algunos autores piensan que, aunque el simbolismo de la Santa Cruz en este gesto resulta obvio, el origen primero es mucho más primitivo que la cruz cristiana y se remonta a los más antiguos tiempos paganos.

miércoles, 25 de junio de 2008

Llegarle a uno su sanmartín

Este modismo da a entender que a todo el que vive sin dar un palo al agua o hace algo malo le llega el día del sufrimiento, tiene su origen en la matanza del cerdo, una costumbre ancestral a la que suele procederse en torno al día de San Martín, el 11 de noviembre. También se dice: A todo cerdo le llega su sanmartín.